Hoy, quería decirte, casi sin fuerza y con apenas argumento, que perdones mis malas acciones, que no te fíes de lo que ves, fíate de lo que sientes y de mis buenos pensamientos, esos que tú bien conoces.
Hoy, quería decirte, casi sin aliento y con una ausente sonrisa, que no quiero bucles, ni baches, ni lágrimas. Que no las quiero si no son contigo.
Hoy, quería decirte, con el corazón vacío y las piernas temblorosas, que nos hemos alimentado a base de ira, hemos creado un monstruo. Nuestro monstruo, al que erróneamente llamamos amor.
Hoy, quería decirte, con el alma rota, adiós cariño.
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